Muchos de nosotros sabemos que la piedra natural ofrece muchísimas ventajas respecto a otros materiales. Como ya conocemos, proporciona una rentabilidad que pocos materiales nos dan, precios muy asequibles para todo tipo de bolsillos, dada la variada y amplia gama de este tipo de material que existe hoy en el mercado.
La piedra es tan antigua como la misma Tierra, como nuestro propio planeta. Y continuamente se abren nuevas minas para extraer este material que, si bien es muy preciado para algunas casas y oficinas, sin embargo no tiene porqué resultar tan caro de precio.
Cómo limpiar piedra natural
Pero en el tema que nos ocupa, que es la cuestión de cómo limpiar la piedra, debemos mencionar primero algunas ideas de cómo podemos limpiar de manera diferente la piedra, sin que importe en exceso si se trata de pizarra, mármol, arenisca o granito.
Lo mejor que podemos hacer para los distintos tipos de manchas que pueden darse, es utilizar un jabón que tenga pH neutro, como el que tiene por ejemplo el de lavavajillas. Si echamos un poco de amoníaco o agua con lejía, tampoco va a ir mal, pero mejor si es amoníaco ya que no se trata de un producto tan ácido como la lejía y va a dañar menos la piedra.
Para limpiar esos productos lo mejor que podemos emplear es un trapo, un cepillo muy blando o incluso una esponja, para así no dañar la superficie. Lo que sí que hay que hacer después es aclarar bien la superficie de la piedra y no dejarlo secar al aire, porque si lo dejamos secar por sí solo puede dar lugar a manchas indeseadas.
Por otra parte, al igual que en la ropa cuando se nos mancha de grasa, en la piedra natural podemos emplear polvos de talco, como remedio casero está bien y es bastante asequible y seguro.
Cuando, por ejemplo, limpiamos un suelo de piedra suele ser piedra sin tratamiento, por lo que son muy porosas y esto lo puede absorber muy bien el polvo de talco. También para limpiar algunas piedras podemos emplear mezcla de zumo de limón y sal.
Otro remedio puede ser emplear bicarbonato de sosa con agua, y dejarlo parcheado es decir, tapándolo un tiempo para que tenga un margen de actuación. Al igual que con la lejía, el limón del que hemos hablado debemos emplearlo teniendo cuidado porque no es una base sino un ácido, y por lo tanto podría comerse el brillo de la piedra.
Con lo cual hay que decir que basta aclarar abundantemente con agua para que no quitar el color. En caso de que nuestro problema sea por pintura que caería sobre la piedra, hay que emplear un decapante de pintura, o un disolvente, que es al uso lo mismo. Hay que tener en cuenta que son productos muy agresivos por lo que no hay que usarlos en exceso.
Por otra parte cuando los remedios caseros de los que hemos hablado ahora no resultan suficientes hay que acudir a otro tipo de elementos. En ese caso encontramos en el mercado todo tipo de productos, como desengrasantes, antioxidantes, restos de cemento, sales, anti filtrantes, anti algas…
Estos productos, por mencionar sólo algunos, pueden resultar útiles para limpiar nuestra piedra y que quede como nueva, un producto que es altamente duradero si lo cuidamos bien y que además luce mucho a un precio que puede ser razonable.